La cuenca (endorreica) de Tenochtitlan estaba limitada por una serranía al norte, lo que hoy conocemos como sierra de Guadalupe. Un lugar de mucha importancia para nuestras abuelas y abuelos. En particular los cerros de Tecpayotepetl (cerro Zacatenco), Yohualtecatl (cerro Guerrero), Zacahuitzco (cerro Gachupines) y Tepeyac.
La Sierra de Guadalupe ha sido habitada/ocupada desde hace aproximadamente 20 mil años. Los Otomies ya ocupaban estos cerros antes que los Mexicas. En el Tepeyac adoraban a Cihualcoatl (mujer serpiente) y Mixcoatl (serpiente de nubes). Los Mexicas también lo usaron como Tetzacualco (adoratorio prehispánico con posible uso astronómico y ritual). Desde ahí observaron solsticios de invierto, equinoccios y el inicio de los nemotemis.
En la sierra Nevada, se encuentra el cerro Papayo, que era la referencia para hacer las siguientes mediciones:
Desde el cerro Zacahuitzco al Papayo, se marcaba el solsticio.
Desde el templo Mayor al Papayo, se marcaban los nemotemis.
Desde Cuicuilco al Papayo, se marcaba el equinoccio.
Actualmente en el cerro del Tepeyac se encuentra la basílica de Guadalupe, que cada 12 de diciembre es festejada por muchos mexicanos, cuenta el mito que ahí se le apareció a Juan Diego, en 1531. Mucho antes de esto, los mexicas adoraban a Coatlicue (en nahuatl: la que tiene su falda de serpientes. La madre de la tierra, de las estrellas, la luna y el sol) en ese mismo día.
Por esas fechas, se da el solsticio de invierno y también se da el nacimiento de Huitzilopochtli, quien regresa triunfal de su viaje al sur, volvía a nacer. Cerca de este acontecimiento, igual se considera el nacimiento de Jesús.
La importancia de estos cerros:
Tecpayotepetl: se celebró la ceremonia del Fuego Nuevo por los mexicas en el año de 1286 a.C.
Yohualtecatl: sacrificio de niños en el adoratorio de la cima durante el mes atlacahualco (febrero)
Zacahuitzco: posible ubicación del observatorio astronómico posicional prehíspanico.
Tepeyac: adoratorio en su cima de la pareja divina de origen otomi: Mixcoatl y Cihualcoatl
Según el cronista español Bernardino de Sahagún, el culto a Tonantzin continuó siendo ferviente entre los creyentes pero a través de la Virgen Morena